El mal aliento es un problema de salud que impacta en el estima de quien lo padece. Éste esta relacionado con una mala higiene bucal y en ocasionado por la secreción de las bacterias en la boca.
Una vez que se ha detectado el problema es infalible descubrir las causas, ya que puede deberse a un trastorno intestinal o sólo a una mala higiene bucal.
Alimentación y digestión.
Normalmente en el estómago se estancan los gases y flujos digestivos los que suelen expulsarse en forma de eructos que en ocasiones pasan desapercibidos... hay alimentos que tienden a modificar el aliento durante su digestión como la cebolla cruda, el ajo, las salsas grasas o el alcohol. Aunque este olor desagradable suele ser pasajero, es mejor evitarlos.
La acidez estomacal puede hacer que el aliento huela mal, el tabaco y el alcohol suelen producir un efecto inmediato, que delata a quienes fuman o beben en exceso.
Problemas dentales.
Esta es la causa mas común y persistente, entre estos problemas que detonan el mal aliento está, las caries, piezas mal colocadas y problemas de encías son focos de infección y lugares donde la comida tiende a retenerse y a producir un olor fuerte y desagradable.
Cuando esta es la causa es necesario visitar al dentista y ser más rigurosos con nuestra higiene bucal, es decir, lavarse los dientes después de cada comida y empleando hilo dental y cepillitos interdentales para eliminar los restos que se quedan entre los dientes, donde se pudren y causan mal olor.
Si el aspecto de una boca no es bueno seguramente el olor que desprenda tampoco lo sea, ya que la comida tenderá a quedarse retenida en todos esos lugares.
Todas las infecciones e inflamaciones de la boca, garganta y las vías respiratorias producen mal olor, incluyendo enfermedades como la sinusitis y rinitis.
Otro detonador de este mal es el estrés ya que en algunas ocasiones este produce problemas de estómago y de digestión.
La solución!
§ Visitar al dentista.
§ Modificar la técnica de cepillado.
§ Usar un buen cepillo de dientes y cambiarlo 4 veces al año.
§ Implementar hilo dental en el aseo diario.
§ Usar un enjuague bucal adecuado a nuestras necesidades y recomendado por un dentista.